Hace unos pocos meses conocía a una científica española, Almudena Ramón Cueto,
que lleva una carrera de Premio Nobel de Medicina. Tras muchos años
investigando y publicando sus resultados en las mejores revistas de su
ámbito ha descubierto cómo reparar la médula espinal dañada en las personas parapléjicas y tetrapléjicas. Lo hace -ya lo ha documentado en ratas y primates- trasplantando células del bulbo olfatorio de ejemplares parapléjicos a su médula espinal y
logrando así la regeneración de los nervios dañados. En el número de
junio de la revista Discovery DSalud publiqué un reportaje extenso con
entrevista a la científica incluida. Les resumo la historia.
El sistema nervioso es similar a un complejo circuito eléctrico en
el que las neuronas dan las órdenes y hacen de “interruptores” y los
nervios de “cables” que las transmiten mediante impulsos eléctricos
haciendo que funcionen los órganos. Cuando las neuronas o los propios
nervios se lesionan o degeneran puede interrumpirse el circuito dejando a
unos y otros sin funcionalidad. En las lesiones medulares lo que se
daña es “el cable”, el nervio que conduce la información. La médula espinal es la zona del sistema nervioso central
que se halla alojada en el conducto raquídeo y posee 31 pares de
nervios que se encargan de llevar los impulsos nerviosos desde el
encéfalo a los órganos y músculos de tronco, cuello y extremidades y,
paralelamente, las sensaciones de éstos hasta el cerebro.
En Europa hay actualmente unas ¡230.000 personas! con lesiones
medulares; de hecho se producen 10.000 nuevos casos cada año. Muchas de
ellas teniendo que hacer su vida en sillas de ruedas. La mayoría de los
científicos, siguiendo las tesis del neurólogo Santiago Ramón y Cajal,
afirman hoy que estas lesiones no tienen cura pero la doctora Almudena
Ramón Cueto, investigadora responsable de la Unidad de Regeneración Neural Científica del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC)
-sita en el Instituto de Biomedicina de Valencia- lo desmiente. Es más,
ha demostrado ya en animales que sí es posible recuperar la médula
espinal dañada si no en todos los casos al menos en muchos. Primero en ratas y luego en monos, es decir, en primates no humanos. Un extraordinario trabajo realizado gracias a la Fundación Investigación en la Regeneración del Sistema Nervioso
(Fundación IRSN) y al apoyo económico de instituciones como la Junta de
Castilla y León, así como aportaciones de mecenas y particulares. Y
asegura que no hay nada que impida pensar que eso mismo no sea posible
conseguirlo en humanos.
¿Cómo? Trasplantado células del bulbo olfatorio de ejemplares parapléjicos a su médula espinal consiguiendo así la regeneración de los nervios dañados.
Un descubrimiento extraordinario que podría permitir devolver la
movilidad a cientos de miles de personas. De hecho en este momento ya
hay más de 60 publicaciones científicas internacionales que confirman
que las células obtenidas de la glía envolvente del
bulbo olfatorio adulto permiten curar las lesiones medulares y otro tipo
de lesiones y patologías del sistema nervioso. Lo que supone toda una
validación internacional de la eficacia del método.
¿Y cómo se explica tal regeneración? Pues porque el trasplante de
células de bulbo olfatorio a la médula perjudicada hace que los axones o
conexiones de las neuronas dañadas de ésta se recuperen.
La doctora Cueto hizo esa operación en más de dos decenas de ratas
parapléjicas -todas ellas con inmovilidad en las patas traseras- y en
todos los casos el trasplante les permitió volver a subir rampas de
hasta 90º de inclinación; es decir, completamente verticales. La terapia
tiene dos ventajas añadidas, es autóloga, el propio individuo se cura
con “material” de su propio cuerpo y de aplicarse en humanos podría ser relativamente rápida y barata.
Se preguntarán por qué entonces no se la ha dado el Nobel a Cueto o por qué no se ensaya en humanos la técnica. La Fundación IRSN denuncia que el Instituto de Biomedicina de Valencia le está poniendo trabas para que continúe con sus investigaciones.
Se sospecha que hay un grupo privado interesado en ofrecer lo mismo que
Cueto pero con terapia génica para así beneficiarse con su patente. Eso
se lo cuento en unos días si les interesa.
que lleva una carrera de Premio Nobel de Medicina. Tras muchos años
investigando y publicando sus resultados en las mejores revistas de su
ámbito ha descubierto cómo reparar la médula espinal dañada en las personas parapléjicas y tetrapléjicas. Lo hace -ya lo ha documentado en ratas y primates- trasplantando células del bulbo olfatorio de ejemplares parapléjicos a su médula espinal y
logrando así la regeneración de los nervios dañados. En el número de
junio de la revista Discovery DSalud publiqué un reportaje extenso con
entrevista a la científica incluida. Les resumo la historia.
El sistema nervioso es similar a un complejo circuito eléctrico en
el que las neuronas dan las órdenes y hacen de “interruptores” y los
nervios de “cables” que las transmiten mediante impulsos eléctricos
haciendo que funcionen los órganos. Cuando las neuronas o los propios
nervios se lesionan o degeneran puede interrumpirse el circuito dejando a
unos y otros sin funcionalidad. En las lesiones medulares lo que se
daña es “el cable”, el nervio que conduce la información. La médula espinal es la zona del sistema nervioso central
que se halla alojada en el conducto raquídeo y posee 31 pares de
nervios que se encargan de llevar los impulsos nerviosos desde el
encéfalo a los órganos y músculos de tronco, cuello y extremidades y,
paralelamente, las sensaciones de éstos hasta el cerebro.
En Europa hay actualmente unas ¡230.000 personas! con lesiones
medulares; de hecho se producen 10.000 nuevos casos cada año. Muchas de
ellas teniendo que hacer su vida en sillas de ruedas. La mayoría de los
científicos, siguiendo las tesis del neurólogo Santiago Ramón y Cajal,
afirman hoy que estas lesiones no tienen cura pero la doctora Almudena
Ramón Cueto, investigadora responsable de la Unidad de Regeneración Neural Científica del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC)
-sita en el Instituto de Biomedicina de Valencia- lo desmiente. Es más,
ha demostrado ya en animales que sí es posible recuperar la médula
espinal dañada si no en todos los casos al menos en muchos. Primero en ratas y luego en monos, es decir, en primates no humanos. Un extraordinario trabajo realizado gracias a la Fundación Investigación en la Regeneración del Sistema Nervioso
(Fundación IRSN) y al apoyo económico de instituciones como la Junta de
Castilla y León, así como aportaciones de mecenas y particulares. Y
asegura que no hay nada que impida pensar que eso mismo no sea posible
conseguirlo en humanos.
¿Cómo? Trasplantado células del bulbo olfatorio de ejemplares parapléjicos a su médula espinal consiguiendo así la regeneración de los nervios dañados.
Un descubrimiento extraordinario que podría permitir devolver la
movilidad a cientos de miles de personas. De hecho en este momento ya
hay más de 60 publicaciones científicas internacionales que confirman
que las células obtenidas de la glía envolvente del
bulbo olfatorio adulto permiten curar las lesiones medulares y otro tipo
de lesiones y patologías del sistema nervioso. Lo que supone toda una
validación internacional de la eficacia del método.
¿Y cómo se explica tal regeneración? Pues porque el trasplante de
células de bulbo olfatorio a la médula perjudicada hace que los axones o
conexiones de las neuronas dañadas de ésta se recuperen.
La doctora Cueto hizo esa operación en más de dos decenas de ratas
parapléjicas -todas ellas con inmovilidad en las patas traseras- y en
todos los casos el trasplante les permitió volver a subir rampas de
hasta 90º de inclinación; es decir, completamente verticales. La terapia
tiene dos ventajas añadidas, es autóloga, el propio individuo se cura
con “material” de su propio cuerpo y de aplicarse en humanos podría ser relativamente rápida y barata.
Se preguntarán por qué entonces no se la ha dado el Nobel a Cueto o por qué no se ensaya en humanos la técnica. La Fundación IRSN denuncia que el Instituto de Biomedicina de Valencia le está poniendo trabas para que continúe con sus investigaciones.
Se sospecha que hay un grupo privado interesado en ofrecer lo mismo que
Cueto pero con terapia génica para así beneficiarse con su patente. Eso
se lo cuento en unos días si les interesa.
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