miércoles, 19 de febrero de 2014

Granada: dulzor antioxidante

Granada: dulzor antioxidante



Granada: dulzor antioxidante

Originaria de Oriente Próximo, esta dulce fruta roja tiene numerosas propiedades. Estas son algunas de ellas.


“Es la granada olorosa un cielo cristalizado. Cada grano es una
estrella, cada velo es un ocaso”. Así comienza el poema Canción
oriental, escrito por Federico García Lorca en 1920. Pero la primera
referencia a este dulce fruto en la literatura española se encuentra en
un texto del siglo XIII de Gonzalo de Berceo, que lo llama “milgrana”.
No es de extrañar que aparezca en las obras de numerosos escritores
españoles, pues nuestro país es uno de sus principales productores y
también es el territorio desde el cual se extendió a América, en cuya
costa pacífica se ubican extensas plantaciones desde Chile hasta
California. Pero, en realidad, el origen de la granada se halla en el
Mediterráneo oriental y en los países de Oriente Próximo, desde donde
llegó a la Península Ibérica a través de los cartagineses. Hoy son
numerosos los países orientales que la cultivan también.



Propiedades terapéuticas
Aparte
de sus valores gastronómicos, la granada posee numerosas propiedades
terapéuticas debido a la gran cantidad de sustancias saludables que
posee: entre otras,
potasio, que es necesario para el funcionamiento
de los músculos y la emisión de impulsos nerviosos; vitaminas C y del
grupo B; flavonoides, que tienen efectos antioxidantes, y taninos, con
acción antiinflamatoria y antiséptica. También se caracteriza por su
alto contenido en agua y su escasez en sodio e hidratos
de carbono.

En la Grecia clásica Hipócrates recetaba su zumo para tratar dolencias
gástricas. Y es que es un estupendo antiácido que puede aliviar las
molestias a las personas
que sufren reflujo esofágico y hernia de
hiato. En la actualidad varios estudios clínicos relacionan el consumo
de granada con efectos como dificultar el almacenamiento de placas de
colesterol en las arterias, favorecer el drenaje de líquidos retenidos y
potenciar la función renal y la eliminación del ácido úrico. Entre las
últimas investigaciones que
tienen a la granada como protagonista
destaca una del Instituto de Investigación Beckman de la ciudad de Hope
(EE.UU.) en la que se asocia su consumo a una menor incidencia del
cáncer de mama relacionado con el exceso de estrógenos a causa de la
presencia de un tipo de taninos que inhiben la aromatasa, una enzima que
transforma los andrógenos en hormonas femeninas.

Ya sea en zumo, sola, como parte de un postre, añadida a la ensalada o
incluso como componente de cremas y cosméticos, no cabe duda de que la
granada es una de las frutas que más beneficios tiene sobre nuestra
salud.

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